Por César M. Garcés Carranza, PhD /
Se estima que 2 millones de personas en el Estado de New York, o el 12.5% de la población tiene diabetes. De estos, 517,000 de ellos tienen diabetes y simplemente no lo saben. Además, 5’412,000 personas en New York o un asombroso 36.2% de la población, tiene prediabetes. Cada año un estimado de 66,000 personas en New York son diagnosticados con diabetes. El impacto de la diabetes golpea fuerte a los Latinos y a los afroamericanos. De aquellos que son diagnosticados el 28% son Latinos en la ciudad de New York y el 31% son afroamericanos, Durante el 2007, en la ciudad de New York, 22 afroamericanos y 23 latinos de cada 100,000 murieron de diabetes (JP Hoornstra/Conway (2016). Diabetes entre la población de latinos en New York es casi tres veces más alto al del nivel nacional (NY Daily News, 2016).
Según Clay, R., A. (2017), veintinueve millones de americanos viven con diabetes. Otros ochenta seis millones tiene prediabetes. A manera que la epidemia de diabetes ha aumentado, también lo ha hecho el entendimiento de los factores psicológicos y psicosociales que acompañan a esta enfermedad. Se puede decir que existe poca evidencia acerca de la función específica de los trabajadores sociales en el enfoque de los factores psicológicos y psicosociales que aumenta la condición o que impacte el resultado del tratamiento. Para las personas que tienen diabetes no les es fácil escuchar que tienen diabetes. La diabetes es una enfermedad que no tiene cura y se tiene que cuidar y controlar a diario.
Problema Mundial:
El número de personas con diabetes está aumentando a nivel mundial:
4.7 porciento: es la proporción de personas con diabetes en el mundo en 1980.
8.5 porciento: proporción con diabetes en 2014.
10 porciento: Se estima para el año 2030 (World Health Organization, 2016).
Las personas con diabetes tienen que hacer cambios importantes en sus vidas. Para mantenerse saludables, estas personas tienen que aprender a supervisar y a controlar el nivel de azúcar en la sangre. Las personas que no controlan el nivel de azúcar en la sangre pueden desarrollar serios problemas de salud. Tales como ceguera, daño en los nervios, fallo de los riñones. La diabetes es una enfermedad que causa gran impacto emocional no solo al diagnosticado, sino que también en la familia, pero los profesionales de salud se enfocan únicamente en dar orientación y atención psicológica a quien padece de la enfermedad y a quien consideran cuidarla de ella, dejando de lado al resto de los integrantes de la familia.
Según los expertos, la diabetes afecta más que el azúcar en la sangre. Esto puede causar cambios súbitos emocionales, así como también tensiones emocionales en las relaciones sociales y en la vida personal de la persona que sufre de diabetes. Para algunas personas, la tensión de vivir con diabetes puede contribuir a los cambios del estado emocional y preocupación de complicaciones de riesgo. Los efectos físicos de la diabetes pueden también crear nerviosismo, ansiedad y confusión. Algunas veces, los familiares y amigos pueden tener problemas entendiendo estos cambios de estado de ánimo, pero al aprender acerca de cómo la diabetes puede afectar el estado anímico y dando apoyo emocional puede ayudar a promover una relación fuerte y saludable. El autor vive con la diabetes tipo 2 desde el año 2002 y se controla inyectándose insulina y es consciente de sus experiencias y cambios emocionales que son causadas por la diabetes. Usualmente, la diabetes requiere de una autogestión por parte del paciente. Los factores psicológicos y la creencia acerca de la salud por parte del paciente son determinantes importantes para la conducta de la atención personal. Para tener buen control de la glucosa y obtener buenos resultados se requiere que el paciente con diabetes tenga auto control.
Por años, la interrelación de la diabetes y psiquiatría ha fascinado a ambos, los endocrinólogos y a profesionales de salud mental. Los desórdenes psiquiátricos y la diabetes comparten una asociación bidireccional, influenciándose ambos en maneras múltiples. Durante el Siglo 17, Thomas Willis especuló que la diabetes era causada por “una larga pena y otras depresiones.” Sir. Henry Maudsley comentó en su libro “La Patología del Cerebro” “Diabetes es una enfermedad que con frecuencia se presenta en familias donde prevalece la locura,” publicado en 1879. La insulina como terapia era usada como un tratamiento psiquiátrico dentro de la década del aislamiento de la insulina La diabetes puede afectar el estado anímico de las personas, causando cambios rápidos y severos. El riesgo de desarrollar diabetes es 50-100% más alto entre los pacientes con diabetes comparado con el resto de la población (Yatan Pal., Balhara, 2011).
Todos nos podemos beneficiar de lo que los investigadores están descubriendo. Los factores cruciales de la diabetes y de los trastornos emocionales para tener en cuenta son:
1. La coocurrencia de trastornos emocionales y diabetes puede llevar a una mal adherencia al tratamiento, aumentar el costo de la salud, más hospitalizaciones, ausencia al colegio o al trabajo, y sobre todo una mala calidad de vida.
2. Ambos, la diabetes y los trastornos emocionales son tratables. Hay esperanza.
3. Ahora que sabemos que hay un enlace y está demostrado que tratando estas condiciones juntas se puede tener mejor resultado que tratándolas separadamente.
4. Dieta, ejercicio y tener una vida activa y adherirse al tratamiento de la diabetes es bueno para la salud mental.
Los síntomas del bajo nivel de azúcar en la sangre que pueden contribuir a los cambios del estado de ánimo incluyen:
1. Sentir confusión
2. Tener hambre
3. Tener dificultad en coordinación y hacer decisión
4. Tener cambios de personalidad o de conducta
5. Sentirse cansado
6. Bostecear con frecuencia
7. Tener dificultad en hablar con claridad
8. Estar sudoso
9. Tener sacudidas musculares
10. Sentir que se va a desmayar
11. Ponerse pálido
Señales que indican que una persona pueda tener alto nivel de azúcar en la sangre incluye:
1. Dificultad en pensar rápido y claramente
2. Sentirse nervioso
3. Sentirse cansado o con poca energía
4. Sentirse aburrido
5. Sentirse molesto
6. Sentirse deprimido
7. Sentirse irritado
8. Sentirse estresado
9. Sentirse angustiado
10. Sentirse con sueño
11. Orinar con frecuencia
12. Tener sed
Los niveles altos y bajos de azúcar en la sangre pueden causar cambios emocionales rápidos, incluyendo bajo estado de ánimo e irritabilidad. Esto ocurre especialmente durante los episodios de hipoglicemia, cuando el nivel de azúcar en la sangre cae por debajo de 70 miligramos por decilitro (mg/dl). Sin embargo, cuando alguien tiene bajo nivel de azúcar, puede experimentar una pequeña sensación de euforia, de manera similar como estar algo borracho. Según las experiencias del autor: los niveles bajos de azúcar pueden ser como una experiencia desagradable, algo así como estar un “poquito borrachito.” Su familia le dice “eres más agradable cuando tu nivel de azúcar está bajo,” esto puede ser muy peligroso por lo que puede causar coma diabética debido a la falta de oxígeno en el cerebro.
El cuerpo agrava esta sensación al soltar adrenalina con propósito de convertir cualquier glucógeno en el hígado en glucosa para aumentar los niveles de sangre. Esta situación de peleas o de viajes contribuye a las sensaciones de irritabilidad que puede resultar en hipoglucemia en algunas personas. Según el autor, la velocidad de los cambios anímicos puede variar al igual que los síntomas en que tan pronto sean experimentados y no siempre son paralelos entre sí. Sin embargo, esto es cuestión de minutos. Este cambio no es tan súbito como un ataque epiléptico. Los episodios hipoglucémicos ocurren cuando los niveles de glucosa en la sangre aumentan a 130 mg/dl en ayunas y 180mg/dl después de los alimentos, también pueden causar confusión en las personas con diabetes tipo 1. Esto es menos común en el tipo de diabetes 2 (American Association of Diabetics Educators, 2019).
¿Qué causa nuestras emociones acerca de la diabetes?
Cuando alguien es diagnosticado con diabetes, una variedad de emociones puede emerger incluyendo tristeza, culpa, miedo, ira, angustia. No hay manera de predecir las emociones que se puedan desarrollar durante el diagnóstico ya que son muchos los factores que pueden determinar esto, incluyendo la personalidad de la persona afectada y sus experiencias pasadas. Con frecuencia se siente vergüenza por lo que se siente acerca de las emociones experimentadas y vergüenza por no reaccionar de la manera “correcta.” Pero la verdad es que no hay manera equivocada o correcta de cómo reaccionar al diagnóstico de la diabetes o de cualquier otra enfermedad. Las emociones nos motivan a hacer cosas, o nos pueden conectar con otras personas. Es importante tener los recursos necesarios para hacerle frente a estas emociones y conductas para así poder expresarnos de una manera “correcta.”
La diabetes puede causar depresión. El tener diabetes puede también causar condiciones de salud mental que los médicos llaman “angustia diabética.” Esta condición comparte ciertos elementos de depresión, ansiedad, angustia, miedo y estrés, ira. Mientras que los síntomas no pueden ser suficientemente severos para que un médico diagnostique angustia diabética como un trastorno emocional, los síntomas pueden afectar la calidad de vida de la persona. Las fuentes de angustia pueden incluir la responsabilidad de controlar la condición y la preocupación de complicaciones severas. Otras personas pueden pensar que no están haciendo buen trabajo en controlar su diabetes.
Algunas personas pueden experimentar ansiedad y angustia acerca de que, si “el nivel de azúcar en la sangre es muy alto o bajo,” se preocupan de que no van a poder reconocer el bajo nivel de azúcar lo suficientemente rápido para así evitar momentos embarazosos o del peligro si esto sucediera cuando están durmiendo o mientras están manejando su auto. Algunas personas se angustian al preocuparse de lo que sus amigos y familiares puedan pensar de ellos porque tienen diabetes, o que los vayan a tratar diferente. Los familiares y amigos pueden involucrarse demasiado y tratarlos como frágiles o tratar de controlar su dieta o ejercicios por ellos. Muchas personas con diabetes también se preocupan por lo que sus empleadores y compañeros de trabajo puedan pensar de ellos o de conseguir empleo.
El tener que seguir un horario riguroso de insulina o de otros medicamentos puede interrumpir la rutina diaria y crear preocupaciones de olvidarse de una dosis, creando así sentimientos de angustia. La necesidad de hacer ajustes de dieta y de chequear el nivel de azúcar en la sangre regularmente puede también causar estrés e interrumpir tiempos de ocio y de relajo, causando así ansiedad y depresión. Por ejemplo, una persona que usa la bomba automática de insulina no puede pasarla por las cámaras de escáner de seguridad del aeropuerto, ya que estas podrían dañarla. Necesita planear con tiempo y llevar una carta del médico cuando tenga que viajar. Esto puede crear problemas con los guardias de seguridad del aeropuerto que podrían causar momentos embarazosos o inconvenientes.
Los cambios de humor y demandas emocionales por causa de la diabetes pueden también afectar las relaciones interpersonales. Tener una enfermedad crónica como la diabetes, puede también aumentar la necesidad del apoyo emocional y de aumentar momentos de frustración y de estrés. El entendimiento de cómo la diabetes impacta el estilo de vida y las emociones de un individuo podría ayudar a sus seres queridos y a su pareja apoyándolo con la diabetes y a reforzar su relación. También, los altos niveles de azúcar en la sangre pueden conducir a problemas en la vejiga y a problemas que pueden reducir el placer de relaciones sexuales.
¿Alguna vez alguien se ha encontrado con los hombros recogidos hasta las orejas, apretar los dientes o estar nervioso cuando alguien está cerca? o preguntarse ¿Qué me está pasando? o quizás estar pensando acerca de algún acontecimiento que se aproxima y que parece impredecible, como una entrevista de trabajo o un examen, la respiración es poco profunda y el corazón late rápido.
¿Es más difícil lidiar con el estrés teniendo diabetes?
Según The American Association of Diabetes Educators (2017), si. Parte del sistema del cuerpo que nos prepara para lidiar con el estrés también descarga la hormona glucagón, la cual causa que aumente el nivel de azúcar en la sangre. Para las personas con diabetes, su páncreas produce insulina para combatir este aumento, pero aquellos con diabetes tienen que depender de la insulina o de otros métodos (pastillas) para reducir los niveles de azúcar en la sangre. Si una persona lidia con su estrés emocional comiendo o estando sentado, sus niveles de azúcar en la sangre pueden aumentar por un extenso periodo de tiempo. Si una persona experimenta estrés crónico, entonces más daño le hace al cuerpo.
¿Cómo saber si estamos deprimidos?
Hay que hacerse dos preguntas:
1. ¿He perdido el interés en las cosas que usualmente me gustan hacer y esto ha durado más de dos semanas?
2. Me he sentido decaído, deprimido, triste más días, ¿pero no más de dos semanas?
Si la respuesta es a estas dos preguntas es “si,” entonces es importante buscar más evaluación. Por ejemplo, hablar con familiares o amigos y preguntarles a ellos si han notado que “he estado deprimido o no.”
Consejos para tener un buen estilo de vida:
Las personas con diabetes se pueden beneficiar al hacer decisiones saludables que puedan disfrutar y mantener. Según expertos, lo primero es tener actitud positiva. Ejemplos incluyen:
1. Mantener una rutina de horarios de comida. El comer porciones regulares y alimentos saludables en tiempos fijos puede ayudar a que la persona controle el nivel de azúcar en la sangre.
2. Hacer ejercicios regularmente. La actividad física puede ayudar a levantar el ánimo, reducir los niveles de glucosa y a mantener peso saludable. Las personas con diabetes deben chequear su nivel de azúcar en la sangre antes y después de hacer ejercicios, especialmente si tienen que usar insulina o si la actividad va a ser intensa.
3. Tomar la medicina a tiempo. Tomar medicamentos a la misma hora todos los días y chequear el nivel de azúcar en la sangre regularmente para asegurarse que los niveles de azúcar estén en el nivel ideal, esto puede ayudar a regular el nivel de la glucosa y su estado de ánimo.
4. Hacer pequeños cambios y no esperar resultados dramáticos. Porque las metas pueden promover logros personales y al mismo tiempo mejorar la sensación general de bienestar de la persona.
5. Matricularse en programas de control de la diabetes. Estos programas se enfocan en conductas saludables que pueden ayudar a que las personas mantengan un peso saludable y lograr metas de nivel de azúcar en la sangre.
6. Tener una fuerte red de apoyo. Algunas personas se pueden beneficiar al tener un grupo de apoyo, mientras que otros pueden preferir compartir sus preocupaciones y miedos con sus amigos o seres queridos. El tener un grupo de sistema de apoyo puede ayudar a que la persona enfrente los retos de la diabetes.
Con la diabetes uno tiene mucho en la cabeza:
Hacer el seguimiento de los niveles de azúcar en la sangre, la dosis de insulina, preparar alimentos que sean adecuados, estar activo, es bastante para pensar. A cualquiera lo puede deprimir y abrumarlo emocionalmente. Esto se llama derrote diabético y es por eso lo importante que es estar al tanto de las emociones personales a manera que se controla la diabetes. ¿Cómo me siento? ¿estresado? ¿triste? ¿enojado? ¿con miedo? Hay que tomarse tiempo para hacer inventario de las emociones y buscar a quienes se encuentran cerca para hablar honesta y abiertamente de ¿cómo uno se siente? Mejor todavía, hay que buscar a un profesional de salud mental para que oriente y guie, a través de la enfermedad. Con la diabetes, el sentirse físicamente bien es la mitad de la batalla y sentirse bien emocionalmente es la otra mitad.
Es natural sentirse irritado:
Esto puede empezar con el diagnóstico. Esto puede empezar desde ¿Por qué yo? Hasta sentir ira hacia la enfermedad. El diagnóstico es un proceso inferencial, realizado a partir de un encuentro clínico, destinado a definir la enfermedad que afecta a la persona (Capurro, N. D., Rada, G. G., 2007). Escuchar por primera vez que se tiene diabetes resulta sorprendente e incluso impactante y también alarmante y de miedo. Este momento puede resultar estresante y puede afectar también las emociones de la familia. La ira es una parte importante para la aceptación de la diabetes. Y mientras que la ira pueda hacer que uno se sienta bien y poderoso, el descontrol de esta podría ser dañina para la persona y para los que están a su alrededor y podría conducir a la depresión y ansiedad. La clave para controlar la ira comienza con el poder de ser capaz de identificar ¿qué esta causando la ira? ¿es el miedo? ¿es la pérdida de control? Hay que tratar de identificar la raíz de la causa y entonces trabajar para que sea trascendente.
Cuando uno se siente con ira, hay varias cosas que se pueden hacer para controlarse:
1. Respirar profundo
2. Tomar agua
3. Sentarse
4. reclinarse
5. Sacudir los brazos trabajar para silenciarse
6. Salir a caminar
7. Escuchar música
8. Escribir
9. Pasear en bicicleta
10. Hacer ejercicios
11. Actitud positiva
Cuidado con la Negación:
Todos pasamos por negaciones de vez en cuando, pero hay cosas que se pueden hacer para no estar ahí. Como con cualquier reacción emocional que uno siente cuando le diagnostican con diabetes o con cualquier tipo de diagnósticos o de malas noticias, la negación es normal (Kübler-Ross, E., 1969). Todos sentimos la misma sensación de “yo no,” “no lo puedo creer,” o “debe haber un error.” Pero al mismo tiempo tenemos que aceptar el diagnóstico y tomar acción inmediata. Cuando se continúa negando la enfermedad, se corre el riesgo de no tomar acción para combatirla y mantenerse saludable. En situaciones como estas, la intervención de crisis es particularmente importante para los trabajadores sociales que diariamente encuentran a personas en situaciones de trauma emocional, desasosiego, miedo, depresión y ansiedad. El proveer intervenciones adecuadas a las personas en situaciones de crisis y tensión emocional es parte de la práctica diaria del trabajador social en hospitales y en centros de salud mental en donde las situaciones de crisis pueden aparecer en cualquier momento. El trabajador social utiliza en el contenido de la orientación de crisis la habilidad de hacer una diferencia. El enfoque de intervención del trabajador social es sobre lo que está sucediendo en el presente y no tanto en relación con el pasado.
La reacción de las personas a enfermedades es variada:
1. Asombro/Negación
2. Colera/ira
3. Negociación
4. Depresión
5. Resignación
Hay que estar consciente cuando uno dice o piensa cualquiera de las siguientes frases, podemos estar en negación cuando decimos:
1. “Una mordidita no me hará daño”
2. “Esta llaga se cura sola”
3. “Voy a ir donde el doctor después”
4. “No tengo tiempo para hacerlo”
5. “Mi diabetes no es seria”
6. “la tengo bajo control”
7. “Un trago de alcohol no me hace daño”
Los traumas y trastornos emocionales son la causa de diferentes efectos en las personas cuando se enfrentan con los retos de la vida cotidiana, especialmente si estas suceden por primera vez, o si este reto parece amenazar ciertas áreas de debilidad emocional, la cual se puede presentar de diferentes maneras. La depresión o ansiedad de una persona que ha sido diagnosticada con diabetes puede no ser causa de ninguna amenaza para otra persona. Este modelo nos recuerda que la percepción de otras personas es diferente de la nuestra, ya sea que somos nosotros los que estamos consternados, o el que esté ayudando a otros a enfrentar el problema (Garcés, C., 2002., Chapman, A., 2006-2010).
Depresión le puede ocurrir a cualquiera:
Hay ocasiones cuando la tristeza no se quiere ir. Algunas veces nos sentimos sin esperanza o no tenemos idea de lo que pueda ocurrir. Sin embargo, si se aparece la depresión esta puede ser difícil de detectarla y podría causar estragos en la atención personal.
Detectar la depresión es importante y es también importante verificar los síntomas:
1. Falta de interés o de placer en hacer algo
2. Cambio del patrón del sueño
3. Levantarse más temprano de lo usual
4. Cambio de apetito
5. Pérdida de energía
6. Nerviosismo
7. Culpa
8. Sentir tristeza por las mañanas
9. Pensamientos suicidas
10. Retirarse de los amigos y de actividades
11. Disminución del desempeño en el trabajo o estudios
Si alguien se siente que está deprimido, háblenle a su médico. Averigüen si tiene sentido hablar con un psiquiatra, psicoterapeuta, trabajador social o consejero para superar este estado emocional. Toma tiempo para superar la depresión, pero mientras se tenga la ayuda necesaria, se puede aprender a reconocer los síntomas y actuar rápido. Aprender acerca de la diabetes puede ayudar a que la persona con diabetes y sus seres queridos puedan sobrellevar los efectos emocionales. Es también importante entender porqué la persona con diabetes pueda tener cambios emocionales como, ansiedad, miedo, depresión, angustia, ira.
¿Cuándo hay que buscar atención médica?
Cualquier persona puede buscar atención médica inmediata o llamar a emergencia si ellos o alguien que conocen tiene pensamientos suicidas, que no pueda saber quién es o dónde está. Esto podría ser una señal de bajo nivel de glucosa en la sangre o diabetes cetoacidosis, lo cual es una complicación severa de altos niveles de azúcar en la sangre. Las personas con diabetes también se pueden beneficiar al consultar con su médico y preguntar si la medicina recetada podría estar contribuyendo a su angustia diabética, a los cambios de ánimo, o descontrol del nivel de azúcar en la sangre.
Comparados con otros profesionales de servicios de salud, los trabajadores sociales pueden tener una posición única en facilitar servicios de intervención para el tratamiento de personas con diabetes y enfocar sus necesidades médicas y psicosociales (Garcés, C., 2019; Fabbre, V.D., y colegas., 2011). Los trabajadores sociales pueden dar información y tienen destrezas al unir a los pacientes y sus familiares con información importante acerca de la enfermedad. Los trabajadores sociales están entrenados para conducir evaluaciones psicosociales a personas con enfermedades crónicas como la diabetes, que son incorporadas en el plan de tratamiento (NASW, 2016, Garcés, C., 2018-2019). Según revisión de la literatura acerca de este tema, el autor y Rievu, A (2019), no existe evidencia actual de estudios realizados acerca de la función de los trabajadores sociales con pacientes que tienen diabetes.
Esta creciente conciencia de la naturaleza bidireccional de la diabetes y los problemas psicosociales impulsó a la Asociación de Diabetes Americana para elaborar su argumento de posición para la atención psicosocial para con las personas con diabetes, dice Young-Hyman (2016). “Si simultáneamente se le da atención al bienestar psicológico y a los resultados médicos, entonces se tendrían mejores resultados,” Young, Hyman. (2016).
Agotamiento Emocional: ¿Por qué no nos sentimos bien aún después de haber descansado?
Todos nos podemos sentir agotados de vez en cuando, ya sea luego de un largo día de trabajo o después de enfrentar situaciones estresantes, sin embargo, volvemos a recuperar nuestras energías a través del descanso o con tratamientos relajantes. Pero ¿Qué ocurre cuando ese cansancio no desaparece después de descansar? Es entonces cuando debemos empezar a preocuparnos por cómo sentirnos, ya que podríamos estar sufriendo de agotamiento emocional sin darnos cuenta. El agotamiento emocional es un estado de cansancio al que se puede llegar debido a una sobrecarga de esfuerzo. Esto no significa decir solamente físico, sino de responsabilidades, presiones, o cualquier otro tipo de estímulos emocionales o cognitivos. Como, por ejemplo, una situación estresante o una sobrecarga de trabajo emocional. Por lo tanto, no se llega a este agotamiento emocional de un momento a otro, sino que se va desarrollando lentamente, casi imperceptible, hasta que llega un momento en que nos desplomamos. Es en ese quiebre en que nos sumergimos en la depresión, la cual es una enfermedad crónica, o incluso de parálisis emocional. Este colapso se produce cuando hemos agotado todas nuestras fuerzas y no aguantamos más. Este agotamiento suele experimentarse como un cansancio emocional, que suele estar acompañado de una fatiga física. Cuando estamos cansados, hay una sensación permanente de cansancio y de imposibilidad de realizar ciertas actividades. Lo más preocupante de todo esto, es que cuando caemos en inercia y no es diagnosticado adecuadamente, puede resultar difícil superarlo.
Causas del Agotamiento Emocional:
Este cansancio emocional se produce cuando hay un desbalance entre lo que damos y lo que recibimos. Lo que nos genera una incomodidad emocional. Por lo general, quienes padecen de esta condición se caracterizan por esforzarse en todo. Ya sea en el trabajo, en los estudios, en el hogar, en la relación con la pareja, en la relación con amistades o en cualquier otra situación. Esto sucede en situaciones donde hay mucha exigencia, que, a su vez, demanda grandes sacrificios. Por ejemplo, un trabajo donde haya una alta posibilidad de despido, o en un hogar donde haya serios problemas familiares que demandan mucha atención. Lo más común es que la persona que está agotada no tenga tiempo para si misma y que tampoco reciba el reconocimiento, afecto o consideración suficiente por su desempeño. De hecho, suelen estar rodeados de personas que exigen cada vez más de ellos y que esperan mayor rendimiento del que efectivamente estos puedan afrontar.
Síntomas del Agotamiento Emocional:
Antes de desarrollarse el agotamiento emocional, la persona puede experimentar ciertos síntomas que anuncian su aparición.
Se trata de señales que si no se les atiende pueden llevar a la persona a sufrir serios problemas:
1. Irritabilidad: Cuando hay constante molestia y falta de control. Generalmente la persona agotada suele estar de mal humor y demasiado sensible a cualquier estímulo.
2. Cansancio físico: La fatiga es un síntoma común del agotamiento emocional, aún después de haber descansado durante la noche.
3. Dificultad para pensar con claridad: Por lo general, estas personas suelen confundirse fácilmente, e incluso las actividades cotidianas pueden tomarle más tiempo que lo necesario, ya que no pueden razonar con rapidez.
4. Insomnio: Generalmente, las personas agotadas tienen dificultad para dormir. De hecho, suelen pasar las noches pensando en aquello que les preocupa.
5. Distanciamiento afectivo: Sus emociones comienzan a ser cada vez más planas y llegan a un punto en que pareciera que no sintieran nada.
6. Olvidos frecuentes: Debido al constante estrés o acumulo de estímulos emocionales, las personas pueden experimentar fallas en la memoria.
7. Falta de motivación: Las personas agotadas emocionalmente suelen actuar de manera mecánica, como si estuvieran obligados a hacer lo que tienen que hacer, sin mostrar ninguna clase de entusiasmo o de interés por sus actividades.
Tratamiento para el Agotamiento Emocional:
Una de las mejores maneras para superar el agotamiento emocional es descansar. Por lo que se debe intentar de tomar tiempo para uno mismo, para relajarse y estar tranquilo. Ya que tarde o temprano el cuerpo y el cerebro no soportarάn la carga, lo que conducirá a un quiebre emocional (es como conducir el auto sin agua en el radiador, lo que causaría que el motor se arruine). Otra sugerencia, es desarrollar hábitos diferentes para enfrentar las obligaciones diarias. Hay que crear intervalos de tiempo para descansar de las obligaciones e intentar tener pasatiempos que sean gratificantes. También hay que dejar de lado ciertas obsesiones de perfección e intentar sensibilizarse aún más fuerte que a uno mismo. Hay que tratar de tomar tiempo por la noche o cada mañana para reconocernos cómo somos y lo que deseamos.
Maneras para mejorar la salud:
Además de dar apoyo emocional a la persona con diabetes, los familiares pueden sugerir cambios que sean saludables.
Lo siguiente puede ayudar a la persona a que controle mejor su diabetes:
1. Comprando alimentos saludables
2. Fomentar hacer ejercicios
3. Aprender a reconocer las señales de problemas
4. Aprender a reconocer las señales de niveles altos de azúcar (hiperglicemia)
5. Aprender a reconocer las señales de niveles bajos de azúcar (hipoglicemia)
6. Entender que cuando la persona con diabetes estά de mal humor, su nivel de azúcar en la sangre puede estar muy alto o bajo
7. En vez de discutir, aconséjele a que se chequee el nivel de azúcar y tomar precauciones para corregir el problema
¿Cómo puede la diabetes afectar a los familiares y amigos?
La familia es un sistema compuesto por un grupo de personas que comparten una interacción dinámica particular, donde lo que le pasa a uno afecta al otro, al grupo y viceversa. Según Bowen, M. (1991-2010), la familia es un sistema en el cual cada miembro tiene una función que desempeñar y respetar. Las expectativas de los miembros del sistema familiar son que ellos deben responder de cierta manera de acuerdo con su función, la cual es determinada por los acuerdos de la relación.
Cuando se vive una emoción, la persona hace una valoración de la probabilidad de supervivencia, es decir por medio de esta se sabe consciente o inconscientemente si una situación es más o menos favorable para su estabilidad. Aunque, la emoción vivida puede no corresponder a la realidad de la situación y puede producir graves problemas para la salud. La emoción es un sentimiento que surge cuando la persona reacciona de manera subjetiva al ambiente, generando así un estado afectivo que va acompañado de cambios físicos puesto que las emociones pueden causar reacciones fisiológicas. Esto quiere decir que tanto el desarrollo cognoscitivo como el emocional forman parte de lo que llamamos actitud, es decir, la forma de vivir ante algo o alguien (Pérez Sánchez, L., y colegas, 2011).
La diabetes también causa efectos emocionales en aquellos que están cerca de la persona con diabetes (pareja, familiares, amigos). Siendo la frustración en la lista de efectos, el miedo, ansiedad y confusión por lo que puedan o no hacer en caso de emergencia. Vivir con un padre/familiar, pareja, que tiene diabetes puede ser extremadamente frustrante y aterrador debido a los altos y bajos de los niveles de azúcar en la sangre.
Testimonio de la hija de un señor con diabetes:
“Como hijo uno vive asustado de que algo está mal porque su padre duerme mucho y su ánimo esta fuera de control. Se pone de mal humor horrible cuando su nivel de azúcar esta elevado, y cuando está muy bajo es peor todavía porque puede entrar en una coma diabética si no me doy da cuenta, porque cuando su nivel de azúcar esta bajo, se confunde y es aterrador. La diabetes de mi padre ha sobrepasado a su vida. Él tiene una úlcera diabética en la planta de su pie y tengo miedo de que se le valla a infectar o que se pueda caer y cuando su azúcar esta alta él se marea y eso también me asusta. Mi padre pesa 290 libras y mide 6’8, también tiene fallo 4 en los riñones. Esto también me preocupa todo el día y todos los días. Esto deprime a mi padre porque él no puede ir a ningún lugar solo y si lo hace tiene que usar el andador y si lo hace tiene que usar una silla de ruedas motorizada y al el no le gusta. En la casa el usa él andador y en público el bastón. El fallo de sus riñones es inmenso porque él tiene 76 años y se preocupa de que algún día va a necesitar diálisis o trasplante de riñón. Últimamente está deprimido y parece que se esta rindiendo de vivir. La salud mental de mi padre juega una importante función en su vida. Constantemente me preocupo todo el tiempo por él.”
El apoyo familiar es importante para el control de la diabetes, pero muchas veces este es pasado por alto. El apoyo familiar tiene un mayor impacto en la habilidad de los pacientes de autocontrolar su enfermedad. Los familiares pueden promover buena salud al influenciar la conducta diaria de la persona y la falta de ese apoyo podría tener efectos negativos. El ambiente y las relaciones familiares no son homogéneas. Estas pueden ser complejas, así como también la manera en que los familiares participan en promoviendo prácticas de auto control. No hay suficiente literatura la cual describe cuál es la mejor manera en que los familiares deben de apoyar las prácticas de auto control. Los familiares son impactados por la condición de la salud del paciente y de sus esfuerzos para controlar esta enfermedad. La diabetes afecta a los familiares ya sea mejorando la cohesión familiar o causando angustia psicológica. Los familiares pueden dar apoyo o no, o ambos. Por ejemplo, algunas veces el apoyo puede ser expresado como control o utilizando un estilo autoritario de supervisión sobre la conducta poco saludable, con el propósito de alentar conductas saludables y disuadir las negativas (Newton, J., y colegas., 2017).
Según Melville, N. (2014), entre la amplia gama de comorbilidades asociadas con la diabetes, es probable que los problemas de salud mental sean pasados por alto, a pesar de su potencial de comprometer el auto control y el riesgo de complicaciones serias, “A pesar de alto riesgo de los efectos adversos de los problemas de salud mental en pacientes con condiciones coexistentes y el costo de salud, sólo un tercio de los pacientes con estas condiciones coexistentes reciben un diagnóstico y tratamiento,” escribió Barbara J. Anderson, PhD, del Bay College of Medicine departamento de Pediatría, en Houston, Texas.
Según un metaanálisis de los datos publicados por Peters, A., Laffefel, L. (2013), acerca de la prevalencia de enfermedades de salud mental asociados con la diabetes, la tasa de depresión mayor, la cual afecta al 6.7% de adultos en los Estados Unidos, es 2 veces más alto entre las personas con diabetes tipo 1 o diabetes tipo 2 en el trascurso de la vida. Y la depresión, elevada entre los jóvenes con diabetes tipo 1, comparado con aquellos sin la enfermedad. Mientras que investigadores trabajan para entender mejor los mecanismos que unen la diabetes con la depresión, es claro que la relación es bidireccional. Según el reporte de la doctora Anderson al noticiero Medscape (2020), “El tener depresión aumenta el riesgo de tener diabetes, al igual que teniendo diabetes aumenta el riesgo de tener depresión.” También anotó que los médicos no son buenos en reconocer problemas de salud mental entre los pacientes con diabetes, así que la educación es necesaria para ayudarlos a entender este problema y también alentarlos a que refieran a personas a centros de salud mental, de esa manera puedan recibir tratamiento.
Sentirse ansioso y deprimido es común con la diabetes. Los efectos en la salud asociados con la diabetes no están limitados a la depresión, sin embargo, desórdenes de pánico, ansiedad generalizada y desorden postraumático son comunes entre personas con diabetes, con o sin depresión comórbida. Esto es importante porque los síntomas de depresión y de ansiedad pueden coincidir con los síntomas de hipoglicemia. El paciente puede estar confundido de que el bajo nivel de azúcar es la causa, requiriendo tratamiento inmediato. Pacientes con ansiedad por causa de la confusión podrían terminar auto tratándose, resultando en que los niveles de azúcar se eleven.
Desafortunadamente no hay suficientes psicoterapeutas que se especializan en tratar a personas con diabetes y no hay documentación al respecto (Rievu Agiri., 2019). Y no todas las psicoterapias son iguales para las personas con diabetes. Si alguien está teniendo problemas relacionados a la diabetes, entonces es importante que el psicoterapeuta entienda la condición. Por ejemplo, si un psicoterapeuta no tiene entendimiento acerca de la diabetes, entonces puede tener dificultad de entender este problema y no saber cómo ayudar. Mucha gente se pregunta de lo que pasa en la psicoterapia. La psicoterapia no es una “bara mágica,” es un trabajo duro de mucho esfuerzo emocional que puede ser seguro, un lugar de apoyo donde la persona puede trabajar con los retos que estά enfrentando. El psicoterapeuta tratarά de ayudar a desarrollar y aprender conductas y destrezas para tolerar mejor los retos de vivir con diabetes, resolver problemas alrededor de la diabetes y a entender cómo los pensamientos afectan las emociones y la conducta. Para buscar un psicoterapeuta que se especializa en diabetes, la persona más indicada para empezar es el endocrinólogo. Muchas veces ellos pueden referir a un psicoterapeuta que se especializa en diabetes.
Dado el énfasis de la intervención de crisis y de apoyo emocional con pacientes que han sido diagnosticados con diabetes, se puede postular que los trabajadores sociales tienen una oportunidad significante para contribuir en cualquier situación que requiera de su intervención profesional. Los trabajadores sociales no pueden evitar el tener que trabajar con personas que padecen de condiciones crónicas y de enfermedades que les limitan la vida, y con personas de diferentes condiciones psicosociales y culturales. Los trabajadores sociales están en constante reto en demostrar sus destrezas clínicas y a dar servicios directos e indirectos. Todos, en un momento dado de nuestra existencia, vamos a enfrentar tragedias, desastres y situaciones de crisis que luego se pueden convertir en traumas emocionales difíciles de superar si no son tratadas a tiempo. La práctica de trabajo social conlleva un proceso que determina la intervención profesional, con respecto a lo que hay que hacer, cómo hacerlo y en qué orden, con el objetivo de conseguir que las personas puedan superar los obstáculos que les aflige.
La intervención del trabajador social en situaciones de crisis emocionales es importante por las siguientes razones (Garcés, C., 2002-2018-2019).
1. Identifica y controla situaciones de crisis
2. Provee intervención de crisis para aliviar síntomas específicos y reduce el riesgo de angustia emocional
3. Evalúa la reacción del medio ambiente y conecta a la persona con los recursos disponibles en la comunidad
4. Identifica intervenciones psicoterapéuticas y psicosociales
5. Evalúa y administra aspectos psicosociales de la enfermedad
6. Valoriza la efectividad de la intervención de crisis
Conclusión:
Todas estas ventajas adquiridas por la intervención del trabajador social en situaciones de crisis tienen la posibilidad de promover salud mental a personas que han sido diagnosticadas con diabetes. Personas fuera de la profesión de trabajo social tienen la posibilidad de no estar familiarizadas o informadas acerca de los servicios psicoterapéuticos que desempeñan los trabajadores sociales. Falta de conocimiento de lo que hacen los trabajadores sociales en salud mental, puede crear conflictos en la colaboración con otros profesionales de salud física y de salud mental en el suministro de servicios. La eficiente intervención de los trabajadores sociales en situaciones de crisis emocionales depende en parte en cómo otros profesionales de salud y el público perciben la función del trabajador social. Como trabajador social/psicoterapeuta con diabetes también lucho y mi diabetes no se va cuando estoy con mis pacientes. Debido a que algunos de mis pacientes también sufren de diabetes, siempre me acuerdo de esto y trato de utilizar esos momentos para decirles que entiendo y empatizo por lo que ellos están pasando y trato de ser buen ejemplo.
El reto para los trabajadores sociales es el de poder demostrar la relevancia de su capacidad profesional y destrezas clínicas para mejorar el estado emocional de los pacientes diagnosticados con diabetes. Los trabajadores sociales deben contribuir en iniciativas de investigación, no solamente para poder demostrar la eficiencia de la intervención psicoterapéutica, sino también para promover el conocimiento y entendimiento entre otros colegas acerca de la importancia de identificar y comunicar las necesidades psicosociales y emocionales de las personas con diabetes. Los trabajadores sociales deben entender que desempeñan una función importante en identificar el estrés traumático y las reacciones emocionales de las personas con diabetes.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia de diabetes en la Región de las Américas (2016):
País 2000 2030
Antigua y Barbuda 3,000 5,000
Argentina 1’426,000 2’457,000
Bahamas 12,000 26,000
Barbados 11,000 22,000
Belize 5,000 15,000
Bolivia 207,000 562,000
Brazil 4’553,000 11’305,000
Canada 2’006,000 3’543,000
Chile 495,000 1’047,000
Colombia 883,000 2’425,000
Costa Rica 76,000 237,000
Cuba 480,000 855,000
Dominicana 3,000 4,000
República Dominicana 245,000 594,000
Ecuador 341,000 921,000
El Salvador 103,000 320,000
Granada 4,000 7,000
Guatemala 139,000 447,000
Guyana 19,000 36,000
Haití 161,000 401,000
Honduras 81,000 269,000
Jamaica 81,000 189,000
México 2’1790,000 6’130,000
Nicaragua 68,000 246,000
Panamá 59,000 155,000
Paraguay 102,000 155,000
Perú 754,000 1’961,000
Saint Kitts y Nevis 2,000 2,000
Saint Lucía 5,000 11,000
Saint Vincent and the Grenadines 5,000 9.000
Suriname 9.000 20,000
Trinidad y Tobago 60,000 125,000
United States of America 702,000 30’312,000
Uruguay 154,000 224,000
Venezuela 583,000 1’606,000
Total 33’016,000 66’812,000